¿Favorecemos el que nuestros hijos estén motivados por el trabajo del colegio?

Cuestionario para padres

José Escaño & María Gil de la Serna
Publicado en "Aula de innovación educativa" nº 95, octubre de 2000 
 

      La motivación de los niños y niñas por el trabajo escolar es el factor más decisivo de su rendimiento académico, de su felicidad en el colegio y del bienestar de sus profesores. En toda la etapa de educación obligatoria es más determinante y anhelado por los profesores el interés de los alumnos, que el hecho de que sean muy listos o inteligentes. 

      La motivación a la que nos referimos debe tener un carácter permanente, no es simplemente la causada por un tema atractivo o un extraordinario profesor; debería sostenerse ante circunstancias menos favorables. Se trata de que ellos mismos puedan buscarse buenos motivos para implicarse en las actividades. 

      La permanente disposición a hacer un esfuerzo por aprender es una característica personal, que se va construyendo básicamente en la vida cotidiana. Los niños aprenden muchos motivos para implicarse, o no, en las actividades escolares a partir de lo que les enseñan sus padres. El deseo de saber, la confianza en uno mismo, la satisfacción por el trabajo bien hecho, el gusto por trabajar en equipo, etc., se lo enseñamos a nuestros hijos, a menudo, de forma inconsciente con nuestras preguntas y comentarios, o siendo modelo o ejemplo en nuestra vida cotidiana. 

      Las preguntas del cuestionario que presentamos a continuación procuran la reflexión sobre nuestro comportamiento para algunos de los componentes fundamentales de la motivación escolar de nuestros hijos. Las clasificamos en cinco apartados:

Cuestionario

      El cuestionario está pensado para padres y madres que tengan hijos o hijas en el segundo ciclo de infantil o primaria (algunas preguntas son válidas también para los de secundaria). Utilizamos el masculino singular y hablamos de trabajo escolar en un sentido genérico para evitar la pesadez que supone estar leyendo continuamente 'padre' o 'madre', 'niño/s' o 'niña/s', 'actividad de trabajo' o 'juego'. 

Contesta a las siguientes preguntas valorando tu comportamiento de 1 a 5 puntos. Cuenta luego el total de puntos y lee el comentario que te corresponda.

Interés por el tema

Puntos
Después del colegio, ¿le preguntas habitualmente sobre lo que han trabajando en clase?  
¿Tienes a menudo con él conversaciones sobre temas interesantes? (no sobre cosas que le hayan pasado, sino, por ejemplo: noticias, descubrimientos, las estrellas, las guerras, etc.).  
¿Haces que utilice lo aprendido en clase en situaciones cotidianas: hacer la lista de la compra, revisar las cuentas, medir para comprar o colocar un mueble, escribir una carta, elaborar el menú semanal, escribir una receta, etc.?  
¿Haces que recuerde y relacione los temas aprendidos en el colegio cuando surgen situaciones para ello? Por ejemplo, ante una estatua, preguntando: ¿Sabes de quién es? ¿Qué es lo que hizo? ¿Por qué crees que lo que hizo es importante?  
¿Planeas actividades extraordinarias con motivo de los temas que están estudiando? Por ejemplo: exposiciones, teatro, museos, compra de libros, excursiones, etc.  
¿Haces ver por qué razón te interesa un tema? Por ejemplo, diciendo frases como: "Los pájaros de este documental se ven en el pueblo del abuelo", "Me voy a leer este artículo para entender lo que ha pasado en Colombia", "Voy a leerme las instrucciones de la batidora para usarla correctamente", etc.  
Cuando le ves poco atraído por una actividad o tema, ¿le dices que puede interesarse si se hace él mismo preguntas como: Qué es lo que sé, no sé y quiero saber del tema. Para qué me puede servir. Qué relación tiene con ese tema que tanto me gusta?  
 
Sentimiento de competencia para aprender Puntos
¿Le ayudas en los trabajos que realiza en casa? Por ejemplo: realizando con él la actividad, diciéndole frases de apoyo, haciéndole preguntas para que piense, revisando y ampliando sus ideas, centrando su atención, corrigiendo errores, haciendo que siga un orden.  
Siempre que sea posible, ¿procuras que él busque la respuesta en lugar de, simplemente, dársela?  
¿Confías (y se lo haces ver) en que si se esfuerza va a hacer las cosas bien?  
Cuando le ves esforzarse, si se equivoca, ¿no te irritas y tratas de ayudarle de otra forma?  
¿Le dices "muy bien" si se ha esforzado y ha mejorado en sus resultados?  
¿Le haces "saborear" sus buenos resultados, haciendo que se lo muestre a alguien o comentándolo durante algún tiempo?  
Cuando te sale mal algo que estás haciendo, ¿tu hijo te puede oír decir frases como: Por qué está mal, En qué me he equivocado, De qué otra forma puedo intentar resolverlo?  
Cuando quiere abandonar una tarea, ¿le dices que tiene que pensar que las cosas al principio salen mal, luego regular y que con la práctica terminan saliendo bien?  
Cuando le ves agobiado por lo difícil de una tarea, ¿le dices que divida el trabajo en partes y empiece por algo concreto y fácil (meter en la caja los juguetes grandes, ordenar los apuntes, hacer el índice de los apartados del tema)?  
 
 
Proyecto personal Puntos

¿Tiene organizado en casa un espacio y unos tiempos concretos para trabajar o jugar?

 

¿Has limitado un tiempo y unos momentos para ver la televisión? Por ejemplo, de lunes a viernes, solamente media hora después de cenar.

 
¿Cuentas con él a la hora de tomar decisiones (adónde ir, qué lugar visitar, qué libro comprar)?  
Favoreces el que los juegos o trabajos los desarrolle de forma personal: haciendo un castillo con las pinzas de la ropa, cambiando el final de un cuento, ampliando la información del libro, haciendo un juicio crítico, realizando un mapa conceptual?  
Favoreces el que haga colecciones o qué tenga cualquier otra afición que le supongan trabajo, esfuerzo y perseverancia?  
¿Lees libros habitualmente en casa?  
Haces comentarios sobre lo importante que es aprender para conocer y disfrutar de la vida?  
Habláis sobre el futuro y favorecéis el que se trace algún pequeño proyecto (llegar a saber el dinero que tengo en la hucha, comprar yo solo, poder leer determinado libro)?  
Cuando te enfrentas a una tarea costosa, ¿tu hijo te puede oír decir frases que alientan tu responsabilidad? Por ejemplo: "Voy a hacer esto que tengo que hacer, aunque tenga muy pocas ganas, luego me voy a alegrar de haberlo hecho". "Voy a ser capaz de no levantarme de la silla hasta que no termine". "Soy un "tío" estupendo, he conseguido terminar esto que me costaba mucho trabajo".  
Ante trabajos que le estén resultando muy pesados, ¿le propones que, una vez que lo haya realizado, él mismo se recompense con algo que le guste mucho?  
 
 
Ayuda del profesor Puntos
¿Le hablas bien de sus profesores?  
¿Colaboras y aceptas con agrado las demandas que hacen los profesores? Por ejemplo, comprar el material, traer los niños disfrazados, no fumar en ningún sitio del colegio.  
¿Vas a las reuniones que convocan sus profesores?  
¿Pides periódicamente entrevistas con sus profesores?  
¿Participas activamente en el colegio con la asociación de padres (das sugerencias para llevar al consejo escolar, organizas las fiestas, escribes en la revista)?  
Si se queja de algún comportamiento de su profesor, ¿lo hablas con tu hijo y si es necesario le insistes en que lo aclare con su profesor?  
¿Le enseñas y controlas que tu hijo salude, pida las cosas "por favor", dé las "gracias", sea amable, espere su turno, etc.?  
Tu hijo ¿te ha visto solicitar una información, pedir una aclaración o reclamar un derecho, de forma decidida, clara y respetuosa?  

 
Ayuda de los compañeros 
Puntos
¿Favoreces el que tenga relaciones de amistad con los compañeros del colegio?  
¿Promueves el que trabaje con otros compañeros y que se ayuden entre ellos?  
¿Enseñas a tu hijo a comprender lo que ve, piensa y siente la otra persona, para resolver una pelea, trabajar en equipo, ayudar a los demás?  
¿Quedas también tú con amigos para ayudar o que te ayuden a hacer un trabajo?  
Tu hijo ¿ha visto que cuando se han establecido situaciones agresivas tú has procurado relajar la tensión y resolver la situación de forma constructiva?  

 
 
 Comentario a las puntuaciones

 Puntuación alta (de 150 a 195 puntos)

      Motivas a tu hijo y promueves que él mismo aprenda recursos para buscar y encontrar sentido a las actividades escolares. Has creado un ambiente rico en estímulos, combinando control, cariño, comunicación y exigencia de madurez.

      Los recursos para motivarse él mismo, los aprende tu hijo a partir de lo que dices y lo que haces. Sobre todo, eres un buen modelo cuando explicitas y dejas ver tus pensamientos y sentimientos, tu pereza o dificultades y las estrategias que empleas para superarlos. Tus estrategias estimulan su interés por el contenido de los trabajos, reducen su ansiedad ante las dificultades, promueven su responsabilidad, hacen que se sienta importante y singular y, lo que es igualmente fundamental, favorecen las buenas relaciones afectivas y de colaboración con sus profesores y compañeros. En resumen, nos gustaría ser como tú. 

Puntuación media (de 75 a 149 puntos)

      Hay muchas maneras de motivar; las cuestiones que te hemos preguntado son limitadas (39) y además responden a unos determinados valores. A los niños también se les puede motivar para competir, ser los mejores, quedar por encima de los demás, por miedo a un castigo, o porque hay que portarse bien para tener un premio, pero estos motivos creemos no se corresponden con los valores que se promueven desde el colegio.

      Muchas de tus intervenciones con tu hijo y el modelo que le ofreces con tu comportamiento favorecen, en alguna medida, su interés por el trabajo escolar. Aunque, como tampoco obtienes una puntuación muy alta, no lo haces asiduamente, ni probablemente con todos los aspectos. Los motivos para trabajar, desde nuestro punto de vista educativo, vienen dados por el interés que despiertan los temas, el sentimiento de sentirse competente para aprender, la ilusión de un pequeño proyecto, y las buenas relaciones que se establezcan con los profesores y compañeros. Ahora, los padres de "ciento cincuenta y tantos puntos" tampoco tienen garantizada la motivación de sus hijos; en último término, todos los niños seleccionan y escogen sus motivos. 

Puntuación baja (de 0 a 74 puntos)

      Es posible que pienses que lo de motivar por las cosas que se hacen en el colegio no es función tuya, sino de los profesionales que trabajan allí. También puedes pensar que los intereses y las relaciones con los demás son cuestiones muy personales en las que no hay que intervenir demasiado para que cada uno decida libremente.           

      También puedes estar convencido de que lo que hacen los niños en los colegios no vale para nada. Pero todos estos pensamientos, aunque se correspondan con las ideas de algunos padres, no son las tuyas; es muy difícil que pensando algunas de estas cosas te molestes en leer estas líneas.

      Seguramente es que tus estrategias para motivar no se corresponden con las que nosotros hemos pensado, o más bien, que estás curioseando sobre lo que le decimos a los padres que han obtenido una puntuación tan baja. 
 
 
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